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Trastos & Letras

Éste es el principio de una historia, a ver que os parece

—Esto no podía acabar bien. Era imposible. Aún no sé como no me enteré antes, pero cuando lo hice ya era tarde. Y… ese pobre chico. ¿Qué va a ser ahora de él?

 

Las palabras fluían de esa mujer con una gran amargura, al pie de aquella cama de hospital, blanca e inmóvil, muda y sola, llena de un dolor inconmensurable.

 

Todo carecía de sentido, era como un carnaval en el que las mascaras hubiesen caído de repente. El juego había terminado y ni siquiera sabía qué papel le había tocado desempeñar en él.

 

Nunca se había preguntado por la procedencia del dinero, ni siquiera una pequeña duda se había cruzado en su mente. La profesión de modelo era así, unos días unos ingresos desmesurados y otros nada. Las marcas eran caprichosas y no siempre te llamaban para su próxima campaña o para un pase de temporada, y de repente tenías que acudir a siete trabajos casi a la vez.

 

Bien es cierto que su extrema delgadez daba que pensar, pero nunca había sido una muchacha entrada en carnes, ni siquiera rellenita, pero…

 

Aquella tarde una sombra le cruzó por la mente, de repente su cabeza repitió el nombre de su hija “Clarisse” y una imagen poderosa sin forma se hizo visible en su mente. Su cuerpo menudo estaba cubierto en sangre, desnudo, atado, y sin sentido. Una oleada de terror la recorrió primero por fuera para después infiltrarse en su subconsciente y no abandonarla hasta que recibió la llamada.

 

Una llamada esperada, pero no ansiada, una llamada que ponía todo en su lugar, que hacía encajar de una vez por todas las piezas desparramadas del puzzle.

 

Pero ya no había solución, ni remedio, sólo esperar.

 

Yo miraba su imagen tras los cristales ahumados de la sala de la UCI en la que se encontraban madre e hija.

 

Clarisse estaba totalmente ausente de la habitación, sólo su cuerpo malherido se hacía patente, pero la vida hacía horas que intentaba abandonarla.

 

Yo no podía entrar a esa habitación, ellas desconocían quien era yo. Sólo rogaba que la madre se tuviese que ir antes de que Clarisse muriese y poder entrar a verla. Pero evidentemente ya nada se podía hacer y me quedaría para siempre con esa comezón por dentro.

 

Clarisse apenas tardó unos minutos más en abandonar definitivamente nuestro mundo, mientras yo continuaba fija en la ventana y su madre totalmente ajena a mi presencia rompió a llorar sin fuerzas.

 

Aquel aciago viernes se hizo negro para aquella familia. La madre arrodillada en el tanatorio del hospital, delante del féretro de su hija, incapaz de avisar al padre del fallecimiento.

 

Él ya se había encargado de decirle que “esa” no era su hija, que su hija había muerto para él desde el momento en que aceptó esa forma de ganarse la vida. De nada sirvió que la madre le dijese que gracias a su sacrificio comían en casa y no les faltaba de nada.

 

El padre tenía una paga por minusvalía que no alcanzaba los 450€, y con eso más lo que entregaba Clarisse en casa, dio para que su hermano pequeño estudiase en la Universidad de Colorado. Tampoco este logro benefició en mucho a la familia. Robert cayó en el tenebroso mundo de las drogas y fue quemado en un viejo Chevrolet del 82. Clarisse nunca se llegó a reponer de la desgracia.

 

Julie, la madre, tuvo que enfrentarse también a la muerte de la única hija que le quedaba con vida, y a volver a vivir en soledad pues con el padre de sus hijos, ya no le quedaban nexos de unión, sentí que lo  había empezado a odiar sin saber el motivo, pero sin poder dar marcha atrás.

 

El domingo 23 de diciembre se le daba santa sepultura a Clarisse.

 

Ese domingo fue especialmente duro para Johnny y Wendy, mi hijo y su novia, ambos amigos íntimos de Clarisse.

 

Julie estuvo todo el tiempo agarrada al antebrazo de Johnny, enterrada en sus gafas negras y en el luto de su alma. Ya no lloraba, sólo suspiraba entrecortadamente y su mente estaba como ida. Probablemente se encontraba bajo los efectos de los sedantes que le fueron administrados en el hospital.

 

Wendy lloraba amargamente, sin pausa, sus lágrimas mojaban la tierra a sus pies, y estaba colgada de mi hijo. El pobre no podía moverse a riesgo de que una de las dos cayese vencida por su propio peso. Aunque las dos eran de complexión delgada, ninguna tenía fuerzas para sostenerse, y Johnny actuó como el verdadero hombre de la casa.

 

Yo seguía mi papel de mirona, como en el hospital, no podía hacer otra cosa, sólo esperar mi ocasión de intervenir y sobre todo apoyar moralmente a mi hijo en lo que me fuese posible.

 

Media hora interminable pasó al fin, y tras ella, sólo quedábamos los cuatro.

 

Ellos tres frente al montículo de tierra y lamentos y yo unos metros más atrás esperando a que quisiesen abandonar el cementerio.

 

Tardaron varios minutos aún hasta decidir dar media vuelta y seguir con la vida. Esperé pacientemente a que se acercaran y abrí la puerta de mi coche, invitándoles cortésmente a entrar. Mi hijo se puso delante, Julie y Wendy atrás.

 

Tuve el tiempo justo de agarrar a Wendy por detrás y lanzarle una mirada que la hizo temblar más que la pena por la muerte de su amiga

5 comentarios

VIRGINIA -

Ahora me queda mucho , mas claro..... pero como sigue???

marinera -

Bueno acabo de colgar el texto corregido a ver si os gusta más o menos

marinera -

jajajaj, lo acabo de corregir, de todas formas es el comienzo de una historia que pretendo sea larga unas 150 hojas, a ver que sale.
Os paso la corrección en breve, es que la escribía a lo bestia, y claro, sólo hay dos madres, de moemento y este pedazo precisamente es el fianl de la historia, es una nueva forma de hacer las cosas, cambiando orden y lugar, a ver que sale, jajajj
Besossssssssssss a las dos
Otra cosa, quiero captar la atención si lo hago clarito la gente no se queda con ganas de saber más ni le llama saber como se desenredará este lio. no sé igual me equivoco de método, confiad en mí a ver si sé salir de esta hostoria airosa, jajajajaj.
Nos vemos pronto, espero hayais leído la contestación que le he dado a Borja en el correo, creo que es sinceramente lo que pienso aunque vosotras podéis dar vuestro punto de vista, no tiene por que ser como yo lo digo, aveces me entusiasmo demasiado y abro la boca muy pronto, jejje pero bueno ya me conoceis...

Ana -

está muy interesante pero me he perdido entre tantas madres y padres, no se muy bien quien es quien,pero como todo lo que tu haces seguro que estara muy claro, puede desencadenar en cualquier cosa, me gusta, ya sabes....bss

virginia -

Hola, ya se que soy la menos indicada para hablar, ya que soy la más novata , pero ahi va mi opinión . Suena interesante pero demasiado lioso creo que inentas contar demasiado al principio, lo cual mezcla algo intigrante pero demasiado cargado.... de todas formas admiro tu forma de escribir