PLAYA
La playa, el verano, eran rompeolas de andanzas tempranas, el alambique por donde, en un hilillo fino, se destilaban juventud y sueños, deseos y aventuras. Aún tengo su eco.
Los veranos visten mis recuerdos de arena y de mar, juegos colectivos, miradas y besos ambicionados, a veces someros, como las aguas de la playa hasta la cintura, ¡¡ojo con ir más adentro!!
Pasan las bicicletas como sonidos de risas compartidas por chistes groseros, voces en busca de su camino, de más tiempo, que no volverá. Siguen olores pegados a la imagen de los pescadores levando a sus lomos las barcas hasta flotar más allá de la espuma. La quilla lamiendo el sabor azul. Es una mirada cíclica estimulada por la misma postal, la que fotografió una época tan especial que aunque quiera frotar nunca se desprenderá de mi piel.
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