PIEL
La piel es un calendario. Tersa y expuesta la adolescencia le presta la osadía y la curiosidad. Con el contacto se busca el amor aunque el viaje se pare en la estación del placer. Es el tiempo del descubrimiento.
Más adelante la piel se va curtiendo y da cuando recibe, se convierte en más cautelosa, menos impulsiva, de color tiznado, ha perdido el blanco virginal.
Hoy, veo los surcos en mi frente en el espejo y pienso qué hubiera sido de haber podido atravesar el espejo. Qué tontería! Ahora ya no hay remedio, cada surco es una página de mi biografía. La piel tiene memoria y me recuerda lo que yo olvidé, las vidas que tuve y las que soñé. La historia.
Cuando des la mano a otra persona, concentraté e inspira hondo, verás que, como en un corto, te aparecen secuencias de su vida. Es el mensaje que está escrito en la piel, un cofre lleno de tesoros, siempre por descubrir.
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