Sol y huellas
Los momentos especiales nos sobrevuelan de por vida.
Las instantáneas del verano para mí se fijan siempre en una playa. Al clarear, cuando el sol, inmenso, emerje del mar tendiendo su pelambrera naranja hasta la orilla, pasear. Reconocer los límites entre líquido, sólido y los pensamientos que evocan tiempos de alegría, de descubrimiento sobre las mismas huellas. También de adioses por los cuales el sonido de mis pasos no tiene ya el eco de aquellos otros que compartían conmigo la magia del renacimiento todas las mañanas.
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