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Trastos & Letras

Bolas nuevas para el tercer set

Las tenía todas juntitas en un fajo. Rectangulares y de colores vivos,
eran las postales de su viaje, el que más recordaba. Una a una conformaban
el relato de un estado de ánimo en conflicto entre el Este y el Oeste, la
civilización cristiana y la musulmana, el mar y la tierra, la historia y
el caos. No era la primera vez que las cogía, ya lo hizo cuando Ángela
decidió su rumbo espiritual a la India. Ahora era Raúl el que marchaba a
Siria por su trabajo. Tenía que leer varias veces el entusiamo que le
supuso el encuentro de la fascinación oriental. Se deletreaba en cada
palabra y se conjugaba en todas la frases. Gran embeloso, fervor por lo
nuevo que su madre no entendía nada, nada ni leyendo sus apologías. Por
eso estaba con esas postales en el regazo para no ser víctima del mismo
miedo y la misma reacción ante el adiós o el hasta luego.

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