A ELBA
Tienes toda la razón, Elba.
Aunque la salud se nos rasgue en jirones por el pasillo largo y oscuro en busca de la vida. Aunque el destino sea una caricia en el espejo, si alguien zascandilea con el azogue todo se muestra borroso. Mis manos se llagan por no atreverse a girar el pomo. El silencio es cómplice, es esa güega donde la mirada declina el horizonte.
Venga, regálame tu risa, salva lo poco que tuve de alguien. Sólo tu risa y volveré a morir por revivir una vez más.
Para tí Elba figurada, certero dardo de voluntad.
Soneto LI (Tu risa...)
Tu risa pertenece a un árbol entreabierto
por un rayo, por un relámpago plateado
que desde el cielo cae quebrándose en la copa,
partiendo en dos el árbol con una sola espada.
Sólo en las tierras altas del follaje con nieve
nace una risa como la tuya, bienamante,
es la risa del aire desatado en la altura,
costumbres de araucaria, bienamada.
Cordillerana mía, chillaneja evidente,
corta con los cuchillos de tu risa la sombra,
la noche, la mañana, la miel del mediodía,
y que salten al cielo las aves del follaje
cuando como una luz derrochadora
rompe tu risa el árbol de la vida.
Pablo Neruda
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