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Trastos & Letras

BELLA Y AZUL

 

Lo que no te dijo tu fantasma es que no hay barrotes suficientes para encerrar los colores y las formas.

El fluir del río te lleva bella y azul. Es el medio adecuado para que todo se vivifique. Porque ese viaje no tiene por fin el mar sino la arena del camino. Hay tantas playitas donde varar que sólo es cosa de tiempo verte bella, rubia y con esa chispa en la mirada, con la alegría del que abre la puerta y ve el horizonte tangible y radiante. En una nueva costa abierta para tus grandes ojos, ahí donde proyectar de nuevo tu curiosidad, tu tacto sensible, el universo volverá a alinearse para que nunca termines de sentir a tu lado tu primavera.

 

El atrás hay que conjugarlo en pasado. Puede que no haya muchas fuerzas, que no sea tan fácil, que siga rondando por tu presente el azul, muy blue, de tu apariencia actual. Ya sé que no hay maquillaje que disimule el pesar. Aún así, esa playa donde sentir de nuevo el calor del sol, de pies a cabeza, te busca, quiérela tú también y toma posesión.

 

Ondea los cabellos para que suenen a campanillas caracoleras y abre bien los ojos. Deshaz las maletas del silencio y trepa por los brazos de la amistad que no te falta, alcanza la copa del baobab y grita fin. Pinta un calendario nuevo ilustrando cada hoja con la alegría que brota natural de las ramas de tu mesa animada y empieza a rasgar los días intensos y sin cargas de profundidad del ayer.

 

Si hay más mañana es para derrotar la pesadumbre, el aburrimiento, el dolor. Si hay más mañana es para vencer la amargura, para oírte reír y no tener que encerrarse por molestar a los demás ya que todos estaremos juntos en la misma persecución.

 

Adiós fantasma.

2 comentarios

un lector -

Felicidades D. José Ignacio, no puedo menos que admitir que hay que ser realmente creativo para parir tan mal gazpacho. Esto, dicho sobre todo lo que hasta ahora ha ido colgando aquí claro, que pudiera ser que nos tuviera reservada alguna sorpresa sorpresivamente sorprendente para el postre, aunque me temo que nos regalara otro pastelillo de los suyos. Empalagoso, artificial y artificioso, blandito blandito, alguna mal pensada mezcla de flojera ventral, mental y amaneramiento. Y es que hay que tener arte hasta para echar una buena cagada y en eso es usted un maestro, querido. Finalmente, rogaria que me aceptara una petición, la guinda de su pastel podría ser… algún breve relato de sus últimos tactos proctológicos, eso si, adornado de sus guirnaldas y bien cargadito de ajo para que su recuerdo perdure. Afectuosamente, su ferviente lector.

Virginia -

Quien pudiera decirle adios a todos nuestros fantasmas y ser bella y azul.
Precioso Texto