Blogia
Trastos & Letras

La novia de mi hijo 2 y 3 (este título es el de la novelita)

Esta es la continación que tengo hecha del relato, jjeej , Ainsssssssss mujer de poca fe que pensabas que la iba a dejar a mitad, jeejjeje

Ahora a ver que os parece, como va siguiendo.

Capítulo 2

5 años antes...Denver Colorado 17:00 24 agosto 2004

 

Scott Reynolds o "Gran Oso Blanco" como fue bautizado en su pueblo natal: la tribu arapaho de Wind River, paseaba con los ojos bien abiertos por uno de los suburbios de Denver, Colorado, con su cámara de fotos colgada al cuello, asiéndola a su vez por el enorme objetivo que llevaba acoplado.

 

Era un hombre endiabladamente alto, corpulento, de complexión atlética. Andaba con paso ligero, la cabeza erguida, su larga melena ondeaba al aire. Su pose era la de un rastreador olfateando algo desconocido.

 

Se paraba de repente y cabeceaba constantemente buscando el ángulo perfecto. Cuando lo tenía disparaba tres o cuatro flashes seguidos. Fotografiaba todo aquello que le llamaba la atención de forma extraña e irresistible.

 

Sin apenas darse cuenta, se plantó ante las instalaciones del High School Arapahoe.

 

Su emblema dio de lleno en sus pupilas, internándose por la intrincada red de nervios y venas de su cuerpo hasta alcanzar su corazón como una saeta envenenada; un guerrero Arapaho, en realidad un indio Pawnee.

 

En su pecho retumbaron los tambores haciéndole temblar de emoción. Las Rocosas volvieron a su memoria, sus días de niño en la reserva, las danzas y costumbres de su nación, una de tantas como albergó aquel gran continente, pero concretamente recordó las de su pueblo que se arraigó en esa cordillera tan salvaje y agreste. Sin embargo todo aquello había quedado tan lejos...

 

Su sobrina Clarisse, en poco menos de un mes, estaría allí estudiando. Vendría con su amiga Wendy. Una gran responsabilidad para él, que de hecho aceptaba de buen grado. Las quería como si fueran sus propias hijas. Ambas eran hermosísimas, y no por que lo dijera él. Su cámara las amaba con locura. El objetivo se enamoraba de ellas y las sacaba preciosas, con el alma a flor de piel: salvajes y libres.

 

El plan era perfecto, se alojarían en su casa, un modesto apartamento con dos habitaciones, cocina y baño, suficiente para los tres. Sus padres no disponían de grandes ingresos, es más, apenas si obtenían alguno.

 

Ambas familias seguían vinculadas a la reserva. Las montañas seguían siendo su fuente de vida, algo que indudablemente no daba para mantener el ritmo de vida en la gran ciudad.

 

Ya había preparado la habitación para ellas. Para aprovechar mejor el espacio, las camas estaban a un metro escaso del techo, apuntaladas con puntales de madera que llegaban hasta arriba del todo con un sistema de topes metálicos para sostener los largueros de las camas. Se accedía a ellas por una escalera vertical también del mismo material. Debajo de ellas se erguían sendos armarios y dos mesas a modo de escritorio hechas del ensamblaje de varios tablones de madera de abeto, afianzadas a su vez contra la pared para que no se moviesen. Todos los muebles fueron trabajados a mano por él al estilo arapahoe, con la intención de que pudieran estar como en sus casas.

 

El problema de la manutención era evidente, Scott no podía correr con todos los gastos así que habló con las familias de las dos y les planteó la posibilidad de que ellas trabajaran bajo su supervisión, como modelos en fines de semana y de vez en cuando, pero sin abusar, alguna tarde alterna, aunque en principio no serían todas las semanas.

 

En cuanto tuvo notificación de que finalmente accedían a las condiciones e iban para Denver las dos muchachitas, preparó y abonó el terreno laboral de ambas, presentando un book personal de cada una de ellas con las fotos que les había sacado en sus visitas a la reserva.

 

Las marcas para las que Scott trabajaba quedaron encantadas y por supuesto a la espera de que estos dos ángeles llegaran a la ciudad. Aunque tuvo que dejar bien claro que se respetaría por ambas partes la vital importancia de sus estudios.

 

Afortunadamente disponían de un cerebro tan brillante y envidiable como sus rostros y cuerpos.

 

—Serán unas periodistas fuera de serie —se dijo a sí mismo, en aquellos momentos de felicidad.

 

¿Cómo llegué a saber yo todo esto? La verdad es que Wendy nos lo había contado con todo lujo de detalles la tarde en que Johnny la presentó en casa.

 

Scott aún vivía en la ciudad, después del asesinato de Robert volvió a las montañas y poco después se suicidó. Pero Wendy lo contaba con tanta pasión, decía que Scott estaba muy orgulloso de ellas y de hasta donde habían llegado, que aquel día apenas unas horas antes de que llegaran a la ciudad estaba a punto de un colapso de puros nervios que tenía, que no perdió ni un minuto en mostrarles todas las fotos que había sacado de la High School, que cuando llegaron a la casa se quedó en el quicio de la puerta apoyado con el hombro y que cerró los ojos, esperando el dictamen sobre el diseño de la que iba a ser en los próximos 3 años su habitación.

 

No cupo en si de alegría nos decía Wendy cuando las dos se pusieron a gritar y llorar al unísono ante la emoción de ver su propio cuarto, y el gusto y el cariño que se adivinaba nada más asomarse a ella que había derrochado en su manufactura.

 

La verdad es que me hubiese gustado mucho conocer a Scott, y hablar con él, pero no pudo ser.

 

No se por qué me asaltó este recuerdo mientras conducía camino de la pensión de Julie, donde había dejado sus pertenencias, mientras duraba el funeral. Creo que Julie hubiese sido más feliz de haber podido enterrar a su hija según la tradición india, pero su marido no hubiese dejado pasar el cadáver de Clarisse por la entrada a la reserva. Se tuvo que contentar con una ceremonia civil y oculta.

**********************************************************************

Capítulo 3

La escuela universitaria Arapahoe, tenía el honor de formar a los mejores periodistas del Estado, no en vano su revista “Arapahoe Herald” ese mismo año fue nombrado finalista del premio marcapasos, y llegó a ganar un marcapasos. Es un premio equivalente al Premio Pulitzer de las escuelas secundarias.

Clarisse y Wendy se apuntaron como voluntarias a la revista, trabajaron muy duro bajo las órdenes de Katrina Schuler, editor jefe de ese año y el próximo.

Además tuvieron la suerte de que en el Calumet, libro editado cada año por Arapahoe aparecieran sus nombres en los créditos como colaboradoras esforzadas y abnegadas.

Pero para eso tuvieron que luchar duro, pues la base del nivel de estas ediciones es la competencia feroz entre estudiantes, y para fomentarla aún más contratan exalumnos para hacérselo aún más difícil.

Pero ambas eran luchadoras, llevaban sangre guerrera de las montañas en ellas, y su pasión por las letras y la información iba más allá de unas cuantas clases en el Instituto.

La idea como siempre partió de Clarisse, de las dos fue la más lanzada, la más extrovertida, y también por que no decirlo la más guapa.

Wendy se vio arrastrada casi sin darse cuenta en la revista, y aunque no sabía que iban a hacer ellas allí siendo alumnas de primer año si ninguna experiencia, sacó de sí toda la fuerza de voluntad que tenía y trabajó denodadamente.

Los primeros días sus misiones se reducían a pasar papeles de una mesa a otra, de servir cafés, o de recoger las papeleras. Tratadas como sirvientas y sin miramientos. No les estaba permitido acercarse a los ordenadores para redactar nada de la revista bajo pena de expulsión del equipo. Cumplieron a rajatabla todas las órdenes y hacían sus  trabajos con la mirada fija en el suelo.

El resto del equipo estaba formado por unos 40 alumnos en su mayor parte de tercer y cuarto año. Los redactores jefes, la editor y el director eran todos exestudiantes menos el último que era uno de los Subdirectores del Arapahoe.

Algunos de ellos ni siquiera se dieron cuenta de su presencia, simplemente por que eran todavía niñas, sin interés sexual para ellos, otros las veían pero no les hacían ni caso, y en el último grupo estaba Steve el único que las trataba con Ariño y consideración, por otro lado estaba el bando de las chicas, pero estas tenían sus propios grupos, pero en general las toleraban bastante bien, menos Linda, la novia de Steve, que se burlaba de ellas por ser indias feas, tontas y entrometidas.

Steve y Linda eran estudiantes de 4º y 3º año respectivamente, eran una pareja muy extraña, él muy normalito y ella muy…”todolocontrario”.  Las peleas entre ellos eran continuas pero se querían.

Clarisse y Wendy procuraban estar lejos en esos momentos, pero debido a su inexperiencia en el mundo de las relaciones de pareja, a veces causaban disputas enardecidas y escenas de celos subidas de tono.

Clarisse le decía constantemente a Wendy, a escondidas o por lo menos bastante alejadas de los dos, que esos dos no acabarían bien, que Steve se merecía algo mejor que esa repipi de Linda.

Al principio Wendy le reía las salidas burlonas a su amiga pero poco después descubrió que Clarisse sentía algo más que lástima por Steve. Le aconsejó que no se metiese en medio que podría tener serios problemas y que además se jugaban el estar en la revista.

Clarisse restó importancia a las recriminaciones de Wendy y le dijo que no se preocupara que no iba a pasar nada, y que además Steve a pesar de todo sólo tenía ojos para Linda, bien a su pesar.

No obstante Clarisse no dejaba de acercarse peligrosamente a él, la excusa que siempre ponía era que Steve era el único que le dejaba ver lo que escribía y que le enseñaba en que consistía verdaderamente el oficio de periodista. Y era verdad, ambas aprendieron mucho de él, pero a mitad de año, este intercambio de aprendizajes, pues ellas le hablaban de su tribu, sus costumbres, su forma de vida, sus ancestros, sus creencias, acabaron definitivamente con la relación de más de dos años de Linda y Steve.

Esa situación hizo que fiablemente todo el equipo se fijara en ellas, pues Linda las presentó como las culpables de su ruptura. A pesar de todo, no le sirvió de nada, pues ella era admitida y soportada por ser la pareja de quien era, uno de los mejores columnistas de la revista.

Lo peor, y lo mejor para ellas, fue que se quedó vacante el puesto de Linda y eso hizo retemblar algo la estructura de la revista, estuvieron a punto de suspenderla ese mes, pero Steve dijo que esa sección bien podrían cubrirlas las chicas de primer curso. La idea no entró muy bien así de pronto.

Steve lo pensó bien y cuando volvieron a reunirse para decidir que iban a hacer , él volvió a defender su postura arguyendo que la sección de anuncios por palabras, podía ser suplida por una sección dedicada a la cultura Arapahoe, al fin y al cabo era el lema del Instituto y eran los que le daban el nombre, asimismo explicó la procedencia de ambas y aquello pareció entusiasmar a la editor jefe que vio con buenos ojos el cambio y además políticamente beneficiaba la imagen pública del Instituto teniendo a dos alumnas Arapahos en su equipo.

Así fue como entraron en el mundo del periodismo.

Una casualidad que años más tarde le costó la vida a Clarisse.

 

0 comentarios