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Trastos & Letras

Comienzo sin final

Estoy sentada en una playita de Cádiz, cercana al puerto de Santa María, es noche sin luna, plagada de estrellas, siento la humedad de la arena en mis piernas. Las recojo entre mis brazos, hundo mi cabeza entre las rodillas, sólo escucho el leve murmullo del oleaje, esta vez en calma, otrora envilecido y canalla.

 

Mi cabeza se pierde en pensamientos absurdos, y entre vuelta y vuelta me da por mirar las estrellas. Intento contarlas, empiezo por la última que se encuentra a mi izquierda, no he empezado a contar y ya me he perdido, vuelvo a empezar, y vuelvo a perderme.

 

Cundo llego a esa estrella, la que brilla parpadeando de forma insistente dándome reflejos irisados de todos los colores, la cuenta se acaba, se pierde y entonces me acuerdo...

 

Él me dijo que en el cielo siempre habría una estrella que me nublaría la razón y que dejaría en blanco mi cabeza, imposibilitando cualquier acción que estuviese realizando, ¿sería esa la estrella?

 

La vuelvo a mirar con insistencia, intentando hablar con ella desde lo más profundo de mi corazón, quiero comunicarme con ella, él me dijo que era posible, no encuentro la forma, y sigo intentando contar las estrellas.

 

Comienzo otra vez, pero ahora por la derecha, llevo un par de miles contadas haciendo señales en la arena, para no perderme, hasta que llego a ella, me quedo pensativa, ¿por dónde iba?

 

Miro hacia las señales de la arena, esta vez no me perderé, lograré continuar. Una ola intempestiva, llega sin anunciarse y barre todas las marcas, me siento perdida.

 

La observo con rabia, y se me imagina una sonrisa irónica en esa diminuta cara brillante, y una voz en mi interior me dice: ¿No lo sabes ya? SOMOS SOSIAS PRIMA.

 

Una sonrisa sincera se dibuja en mí, me acuerdo de él, sé que esa estrella es la que me habla, y ahora es el momento de compartir sólo con él.

 

No seguirá, esta es una historia privada.

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