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Trastos & Letras

Todo está en los libros

La radio sonaba de fondo con el retintín monocorde de lo que no se
atiende. Ella, sentada en el sofá, trataba de concentrarse en la
lectura. De repente, un estruendo hizo que el tiempo se paralizara. El
televisor parecía haber explotado y donde estaba la pantalla algo
parecido a una galaxia en rotación era el telón de un fondo insospechable.
Dejó el libro en la mesita y se acercó al aparato. Hizo amago de meter
un brazo y sin capacidad de oposición se vio succionada al interior.
Tenía una visión aérea de las cosas. Volaba sobre paisajes que le
resultaban vagamente conocidos, pero era lo de menos, la sensación era
tan placentera que se dejaba llevar como un globo por la corriente.
Ciudades, rios con sus puentes, grandes extensiones de tierra,
preciosas estampas de montañas y desiertos.
Clonk! El golpe en la cabeza la despertó sobresaltada. Se incorporó
medio dormida aún y cerró el libro de las mejores fotografías de
National Geografic. Al levantarse vio la televisión, la pantalla con
nieve, sólo ruido y sin imagen. Algo más despejada empezó a recordar.
Ahora lo tenía todo más fresco. Dio dos pasos y se puso frente al
televisor. Alargó el brazo y......
El libro quedó en el sofá para hacer discurrir a los teóricos de la
realidad, esa que ella ya había superado.

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