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Trastos & Letras

Sigue caminando marinera

Cortar el cielo con navajas de plástico es como querer contemplar el océano de espaldas a él. Así me siento yo, sola, inútil, llena de zozobra, calculando cuántos litros de agua contienen un kilo de sal en el mar.

 

No recupero mis ansias de escribir, no puedo detener el tiempo, no puedo ser más de lo que soy ni puedo dar más de mí, aunque lo intente con todas mis fuerzas. Escribir se me ha vuelto un losa, que me carcome por dentro, historias inacabadas, textos mal hechos, imaginación desbordada y ante todo la imposibilidad de seguir en este camino.

 

Tengo tantas cosas por contar, tantas emociones retenidas, tantos suspiros ahogados que me convierto en una pira incandescente sin necesidad de llama alguna.

 

Mi cabeza, tozuda en permanecer embotada sigue fiel a su rumbo indefinido, no me da pistas, no me anuncia un final ni un principio, se regodea en si misma y no deja que fluya nada a mi consciencia.

 

Abandonar no sirve de nada, luchar contra la imperturbabilidad de los sentidos menos, pero ahí estoy, aunque sea de adorno. Intento de todo, cambiarlo todo, sumergirme en metas jamás soñadas, pero no salgo de ese pozo sin nombre, sin agujero y sin profundidad en el que me he caído.

 

Quizá es que me confunda de lucha, quizá es que me confunda en el método, o quizá es que no exista y por eso, nada tiene sentido.

 

Pero..., ¡qué demonios digo! Una marinera siempre alza la vista y ve a las gaviotas, carroñeras incansables, con un piar de mil demonios, y entonces es cuando hierve la sangre, blasfema y tira adelante, y con sogas de esparto acaricia el ancla, para no echarla, para tenerla cerca, para asegurarse de que el rumbo no cese y de que la nave no se detenga..., y tener siempre cerca una buena ola que te acompañe, un delfín que te salte, una ballena que te enseñe a su bebé y...

 

El camino sigue, incierto, desconocido, pero siempre hacia delante, sin dudas, sin camelos ni lisonjas, duro, árido o todo lo contrario, no importa mientras existan las ganas de seguir caminando.

2 comentarios

marinera -

jajajajja, si supieras las pocas ganas de escribir que tengo, ajajaja, me he abandonado a mi suerte, jajajajaj
como hay que remar, para eso llamo a las amigas para que me echen una mano joder, jajajaja
besitossssssssssss

ana -

venga marinera...a que viene ese sollozo impropio de ti,necesitas una ola?..., no me lo creo, pues tu eres la ola y el mar, asi que venga apechuga que hay que remar....jejejeje bsss