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Trastos & Letras

adioses fundidos

De nuevo, en un juego de diálogos a distancia, publico un breve de Lydia y mi continuación posterior.

Qué bonitas las bonitas palabras. Que bonito cuando me cuentas todo lo que has hecho por mi, lo que me quieres, lo que luchas. El cielo parece más cerca mi vida, el paraíso es pequeño al lado del mundo que me describes…
Sólo tus palabras mi amor, sólo… si crees que podrás encerrarme, volver a disecarme para tu jarrón, guardarme otra vez en el baúl, hacerme cerrar los ojos, que hable por tu boca o que viva a través de ti… mi vida, desiste.

Que no solamente ha muerto este amor medio seco, es que ya no voy a deshacer los puntos dados, ya no voy a volver nunca más mi vida, llórame, ódiame, inventa tus excusas, grítame lo que estoy perdiendo… que nada me importa ya. Ahora podré caminar solita o con quien yo quiera.

Así que adiós mi gran amor, que te vaya bien, espero que encuentres a quien sepa callar y sepa quererte.

Nunca más tuya,

Todo es intercambiable menos tú. Por tenerte te pierdo y no puedo hacer nada en contra. Tu libertad, ese halo de actor sin apuntador, me ató a tu paso, ahora peno la libertad sin ti.
Muy duras tus palabras. Me gustaría haberlas oído antes de tu boca. Este papel no puede escuchar mas que mi desespero, que corre la tinta de tu pluma en círculos. De qué vale gritar ahora LO SIENTO. Hay demasiados ecos en mi cabeza como para añadir los de esta casa vacía tras de ti.
Soy el culpable de tu cárcel y un inconsciente por no encerrarme dentro contigo. Los dos entre los mismos barrotes o los dos volando fuera. En fin, tenerte fue un fogonazo que me dejó ciego y mi mayor ceguera fue pensar que podría tenerte. Eres inasible, necesitas ver horizontes abiertos y tener la posibilidad de saltar desde el aire a cualquier parte que dibuje tu imaginación. Se acabó mi crédito y te has ido. Desgraciados los dos, por un amor incomunicado. Peor para mí que aun aprendiendo mi error no podré nunca más recuperarte.
Adiós, mi amor cautivo, miro los tejados de esta ciudad tan gris desde nuestra buhardilla con las ventanas abiertas de par en par y espero paciente dejar de tiritar. Ya llega la llamarada, por fin el gas se inflamó y la lengua de fuego viene a fundirme con el cariño que no te supe dar.

Un avión de papel sobrevuela los tejados próximos y cae en la plaza donde distante veo pasar los minutos a la espera de mi chica. Lo leo. Es terrible. Se oyen las sirenas y un revuelo unas manzanas atrás. Guardo el papel en mis tejanos. Hoy es 25 de octubre, pero creo que María merece que sea Navidad. La recibo con un beso de pasión y al irnos pienso que he recibido una lección y aún estoy a tiempo de sacarle partido.

 

1 comentario

marinera -

Texto incoherente donde los haya, has intentado arreglarlo pero una vez más el final se te ha escapado Nacho.
Lydia también tiene incoherencias en el suyo, pero son tiernos aunque muy desparramados, no sé, no me fluye, está cortado, muy cortado, pero bueno es otra forma de escribir.
Un beso compañero.